Búsqueda sensorial y evasión sensorial: Lo que necesita saber

Por Amanda Morin

 

 

De un vistazo

  • Existen dos maneras en las que los chicos con dificultades del procesamiento sensorial responden a la estimulación sensorial.
  • Cuando los chicos reaccionan con poca intensidad a la estimulación sensorial, puede que busquen más estimulación.
  • Cuando los chicos reaccionan demasiado, se abruman y puede que eviten la estimulación.

Nuestros cerebros están constantemente recibiendo información captada por nuestros sentidos. Procesar esa información no es un problema para la mayoría de las personas, pero para los niños que tienen dificultades del procesamiento sensorial es difícil manejar ese flujo de información.

Los niños no tienen las mismas reacciones ante diferentes situaciones y estímulos, pero sus respuestas suelen pertenecer a una de dos categorías.

Algunos tienden a “buscar sensaciones”. Reaccionan con poca intensidad a la estimulación sensorial o necesitan más estimulación para funcionar. Otros generalmente “evitan las sensaciones”. Reaccionan excesivamente a la estimulación sensorial y se abruman y se vuelven hiperactivos.

Conozca más acerca de las diferencias entre la búsqueda sensorial y la evasión sensorial.

Tipos de estimulación sensorial

Cuando pensamos en información sensorial, pensamos en los cinco sentidos: vista, olfato, oído, gusto y tacto. Estos son algunos ejemplos comunes de información que los chicos buscan y evitan de esos sentidos:

  • Vista: Patrones visuales, ciertos colores o formas, objetos que se mueven o giran, objetos o luces brillantes
  • Olfato: Olores específicos. Algunos chicos son capaces de detectar y objetar olores que otras personas no perciben.
  • Oído: Sonidos fuertes o inesperados como las alarmas o las licuadoras, cantos, sonidos repetitivos o específicos (como el chasquido de los dedos o los aplausos).
  • Gusto: Sabores específicos (como picante, agrio, amargo o mentolado), texturas (como crujiente, gomoso o pastoso), masticar o chupar objetos no alimenticios (como mangas o cuellos de camisa).
  • Tacto: Que las personas los toquen, tocar y juguetear con objetos, ropa ajustada o suave y ciertas texturas o superficies

Existen otros dos sentidos que se ven afectados en los niños con dificultades del procesamiento sensorial. Uno es la habilidad de percibir el movimiento, la posición y el equilibrio del cuerpo. Esto se conoce como propriocepción. Los buscadores de sensaciones intentarán recibir más estimulación proprioceptiva. Podrían abrazar fuertemente a las personas o tropezar con cosas para sentir el contacto y la presión física. Los que evitan sensaciones intentarán alejarse de ellas.

El otro sentido tiene que ver con la orientación especial o con saber dónde se encuentra el cuerpo “en el espacio”. En este caso, los buscadores sensoriales podrían balancearse hacia adelante y hacia atrás, dar vueltas, girar, colgarse bocabajo o saltar desde alturas. Los que evitan las sensaciones puede que sean más cautelosos físicamente.

 

Búsqueda sensorial: Qué es y cómo se reconoce

La mayoría de los buscadores sensoriales son poco sensibles a la estimulación (“hiposensitivo”) y buscan más estimulación sensorial. Los niños que buscan sensaciones pueden lucir torpes, un poco ruidosos o con “problemas de conducta”.

La estimulación sensorial puede ayudar a estimular a los chicos para que se sientan menos aletargados. También puede calmar un sistema “sobrecargado” y ayudarlos a sentirse más organizados en sus propios cuerpos y en el espacio. Un buscador sensorial puede:

  • Pararse muy cerca cuando habla con otros y no entender el espacio personal (lea cómo una mamá se lo enseñó a su hijo usando la “regla del codo”)
  • Tener una tolerancia inusual al dolor
  • Caminar con pasos fuertes y pesados
  • Disfrutar saltando, brincando y chocándose con cosas y personas, a veces hasta el punto de ser peligroso
  • No conocer su propia fuerza (puede rasgar el papel en el que está escribiendo, romper juguetes o lastimar a otros por accidente)
  • Preferir “jugar con rudeza” en el parque infantil
  • Tocar a menudo personas y objetos
  • Buscar o hacer sonidos fuertes
  • Masticar mangas o cuellos de camisas y otros artículos no alimenticios

Evasión sensorial: Qué es y cómo se reconoce

Muchos de los niños que evitan sensaciones son excesivamente sensibles (“hipersensitivo”). Experimentan la estimulación sensorial más intensamente que la persona promedio, y la evitan porque los abruma.

Los chicos que evitan las sensaciones pueden parecer tímidos, “selectivos con la comida” y particulares con los tipos de ropa que usan. Un niño que evite sensaciones puede:

  • No gustarle que lo abracen o lo besen, ni siquiera los familiares
  • Sorprenderse o asustarse por sonidos inesperados y luces brillantes
  • Escuchar ruidos de fondo que otras personas no perciben
  • Preocuparse de que otros chicos lo tropiecen al estar en fila o que lo toquen cuando juegan
  • Negarse a usar ropa áspera, apretada o de alguna manera “incómoda”
  • Ser precavido y evitar columpios y otros juegos en el parque que proporcionan estimulación vestibular o proprioceptiva
  • Tener dificultad para saber dónde está su cuerpo en relación con otras personas u objetos
  • Preferir los lugares silenciosos y evitar multitudes

No siempre es uno u otro

No todos los niños buscan o evitan sensaciones. Algunos pueden mostrar una combinación de ambas reacciones. Eso se debe a que sus respuestas pueden cambiar dependiendo de su grado de excitabilidad o qué tan bien pueden autorregularse.

Por ejemplo, algunos niños están bien en lugares familiares, pero podrían tener crisis sensoriales en lugares con mucha gente o que son desconocidos. O podrían buscar más estimulación para que los ayude a tranquilizarse.

Conocer las reacciones de su hijo y los factores desencadenantes puede ayudarlo a encontrar maneras de ayudarlo. Hable con su maestro acerca de sus dificultades sensoriales. Lea sugerencias para manejar las crisis sensoriales y ayudar a su hijo a manejar la sensibilidad táctil, visual, al gusto y al ruido.

Original acá

Acerca del autor

Amanda Morin trabajó como maestra en el salón de clases y como especialista de intervención temprana durante 10 años. Es la autora de The Everything Parent’s Guide to Special Education. Dos de sus hijos tienen dificultades de aprendizaje.

Revisado por

Keri Wilmot es una terapeuta ocupacional que trabaja con niños de variadas edades y habilidades en todas las áreas de pediatría.

 

 

 

 

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