La Dislexia….hoy! ........Mi mundo está al séver…. revés? / or Nathalia Calderón Astorga, Licda. Natalia Calderón Astorga. M.Sc. Terapeuta del Lenguaje Oral y Escrito. Especialista en Dificultades del Aprendizaje. PEDAGOGA. Administradora Educativa. Universidad Nacional de Costa Rica - Universidad Católica de Costa Rica

El tema de la dislexia con frecuencia nos llena de inquietudes y de muchas consultas; actualmente existen una gran cantidad de niños, niñas y jóvenes que están teniendo problemas importantes en sus procesos de lectura y escritura sin saber la razón aparente, lo cual los lleva muchas veces a un fracaso o a la deserción escolar, por no recibir la información, la evaluación, el diagnóstico y la intervención terapéutica necesaria a esta situación que enfrentan a diario. Debido a que la lectura y la escritura son procesos prioritarios en la vida del ser humano, se podría afirmar según algunas estadísticas mundiales, que la cantidad de niños, niñas y jóvenes que viven diariamente dificultades académicas por esta causa es un factor digno de tomar en cuenta por cada educador. Se puede esperar que por cada aula o grupo de estudiantes de 25 niños (a), haya por lo menos un caso con esta situación. Afecta aproximadamente al 20% de los escolares, evidenciándose en una lectura confusa, lenta y con variedad de errores de ortografía y cambio de letras o sílabas.

¿Qué no es?

La dislexia no es una falta de interés, motivación o una discapacidad sensorial, de un entorno educativo y ambiental desfavorable, o de otras condiciones limitantes. Por lo tanto, no es válido etiquetar a un estudiante "disléxico" como descuidado, desatento o perezoso.


¿Entonces qué es?

"Dys" en griego significa pobre o inadecuado, inversión, desorden, separación, etc. y "lexis", palabra o lenguaje. Etimológicamente la palabra dislexia quiere decir dificultades de lenguaje o dificultades con la lectura y la ortografía. En la acepción actual se refiere a problemas de lectura y/o a un trastorno en la adquisición de la lectura, pero con repercusiones en la escritura. Sin embargo, existen tantas definiciones del término, como puntos de vista y de ahí la gran confusión de padres - madres de familia y educadores, veamos algunas relevantes:

Una definición sencilla de la dislexia es la que nos dice que es el problema para aprender a leer que presentan niños, niñas y jóvenes, con un coeficiente intelectual normal y no aparecen otros problemas físicos o psicológicos que puedan explicar las dificultades.

La dislexia es una alteración de origen neurológico, a menudo genética, que interfiere en la adquisición y el procesamiento del lenguaje. Es de gravedad muy variable y se manifiesta por las dificultades en el lenguaje receptivo y expresivo, incluido en el procesamiento fonológico, en la lectura, la escritura, la ortografía, la caligrafía y en ocasiones en la aritmética. Podemos observar que cada definición abarca los diferentes puntos de vista de neurólogos, psicólogos y especialistas en el lenguaje.

M. Thomson, la define como ... "es una grave dificultad con la forma escrita del lenguaje, que es independiente de cualquier causa intelectual, cultural y emocional". Se caracteriza porque las adquisiciones del individuo en el ámbito de la lectura, la escritura y el deletreo, están por debajo del nivel esperado en función de su inteligencia y de su edad cronológica. Es un problema de índole cognitivo, que afecta a aquellas habilidades lingüísticas asociadas con la modalidad escrita, particularmente el paso de la codificación visual a verbal, la memoria a corto plazo, la percepción de orden y la secuenciación.

La dislexia se puede describir como una manifestación de un trastorno en el desarrollo del lenguaje que aparece en las primeras etapas evolutivas y que se presenta de formas distintas a lo largo del desarrollo. Estos problemas surgen con frecuencia en la etapa preescolar y persisten a lo largo de la infancia, la adolescencia e incluso la edad adulta.

A. Sos y M. Sos (2002), manifiestan que el término "dislexia" está actualmente muy devaluado, por tanto estos reconocidos autores españoles lo engloban como "alteraciones grafoléxicas o de lectoescritura". Dentro de un marco conceptual, la dislexia es la incapacidad para realizar normalmente el aprendizaje de la lectura. Sin embargo, este concepto abarcaría únicamente los casos que cumplan con ciertos requisitos. De ahí la gran confusión que se genera, a la hora de determinar los límites reales de la dislexia. Según este enfoque, se utilizan dos clasificaciones: Dislexia evolutiva, específica del desarrollo (ausencia de daño cerebral) y la Dislexia secundaria o sintomática ( aquellas dificultades de aprendizaje lecto- escritor, pero que tienen relación con algún tipo de dificultad específica, de tipo neurológico, pedagógico o familiar), cuando en el diagnóstico se observan trastornos neurológicos comprobables en el EEG o en el TAC, presencia de fuerte retraso escolar, ambiente familiar inestable emocionalmente, o poca estimulación cultural, entre otros…, se descartaría el diagnóstico de dislexia evolutiva y estaríamos frente a una dislexia secundaria, o dislexia en todo el sentido amplio.


Entre otras definiciones de gran aporte, encontramos la de la Asociación Británica para la Dislexia "una persona disléxica es alguien con una incapacidad lingüística especifica, la cual afecta la ortografía, la lectura y otras habilidades de lingüística y que se caracteriza por una incongruencia entre su potencial mental y su nivel educativo, pese a la enseñanza convencional en el aula, ya que no existe ninguna alteración emocional primaria o condición ambiental adversa".
Analizando cada definición observamos que el término "dislexia" ha sido utilizado durante mucho tiempo para designar los diferentes tipos de problemas de aprendizaje y hasta se ha definido por algunos como un tipo de incapacidad para aprender, pero esta dificultad es solamente un aspecto de la dislexia. También se ha dicho que es el resultado de un problema neurológico, cerebral o causado por algún tipo de malformación... pero actualmente se ha descartado esta hipótesis y parece que no es más que una particular manera de percibir el mundo, una forma diferente de interpretar ciertos símbolos o palabras, según Ronald D. Davis.


Muchas personas tienden a procesar la información de una forma visual o imaginativa. Es decir, elaboran su pensamiento primeramente a través de su inteligencia visual. Podríamos decir que su pensamiento produce una película continua. Y la película se interrumpe cada vez que deben leer una palabra abstracta, que no es fácilmente traducible. estas palabras forman el 50% de lo que leemos o hablamos. Por tanto, estas personas tienen una percepción de la realidad diferente a las personas que utilizan el área verbal. Algunas de estas personas, cuando se enfrentan a la etapa de aprendizaje de su vida, encuentran problemas derivados de esta forma de ser: padecen frecuentes distracciones y equivocaciones involuntarias cuando los procesos de enseñanza y aprendizaje se les presenta a través del rígido mundo de los símbolos. Y más concretamente les afecta en los siguientes ámbitos de aprendizaje: lecto-escritura, matemáticas, coordinación motora- equilibrio, comprensión, concentración... ya que al encontrarse con estímulos o símbolos que no pueden reconocer, pierden interés y atención y por tanto, cometen errores.


Para L. Bravo, la dislexia es un problema de recepción, comprensión y expresión de la comunicación escrita, un trastorno que afecta a un porcentaje muy alto de la población que en muchas ocasiones es mal diagnosticado y se asocia con una mala calidad de la educación. Dificultades en el desarrollo de los procesos de memoria, análisis, síntesis, abstracción y categorización son algunas de las consecuencias de la desatención en un posible caso de dislexia. Los estudios recientes demuestran que son producto de deficiencias en el desarrollo del lenguaje y no como resultado de una inmadurez perceptivo - visual y motora, como siempre se creyó. Los tratamientos aplicados según este erróneo enfoque, basados en la estimulación de las funciones visuales y psicomotoras era útiles para el desarrollo psiconeurológico infantil, pero nada tenían que ver con las dislexias.

Por lo tanto; es un acto reciente que el enfoque de las dislexias pasó de una preocupación por la vista, a centrarse en el oído y el lenguaje.

Tipos o clasificación de la Dislexia.

Existen diversas tendencias para clasificar la dislexia, dependiendo del punto de vista del neurólogo, psicólogo, especialista en lenguaje (Terapeuta del Lenguaje).


La más aceptada internacionalmente es la que la divide la dislexia, en adquiridas o del desarrollo.

Dislexia adquirida.

Definición: El término dislexia es usado en principio por los médicos para describir las dificultades de lectura y ortografía. Sujetos que sin tener ningún problema perceptivo, son incapaces de reconocer las palabras. Existen algunos signos como patrones irregulares en el electroencefalograma (EEG), reflejos anormales, o dificultades en la coordinación y orientación mano-ojo, por ejemplo. En este proceso el trastorno se produce por alteraciones en al ruta de acceso al significado, y en función de cuál sea la ruta lesionada, los síntomas varían, por tanto se subdividen:
Dislexia fonológica: Lee mediante la ruta visual, leerá con dificultad, las palabras desconocidas y las pseudopalabras, ya que no dispone de una representación en el léxico visual que le permita su reconocimiento.
Dislexia superficial: Leen las palabras regulares, conocidas o no, e incluso las pseudopalabras (palabras no existentes), pero no pueden leer aquellas que no se ajustan a las reglas de conversión grafema a fonema. Es frecuente, a manera de ejemplo: que indique que "baca" es el nombre de un animal.
Dislexia semántica: Podrá leer gracias a la conexión del léxico visual con el fonológico, pero no podrá recuperar su significado. En ella se dificulta comprender el significado de las palabras.
Dislexia profunda: Cuando el trastorno abarca ambas rutas, visual y fonológica, se producirán ambos tipos de síntomas. Muestran dificultad para leer ciertas clases de palabras, además producen errores visuales, pueden leer "polo" por "bolo", "marchó" por "marchaba". El síntoma característico son los errores semánticos.
Dislexia auditiva: Dificultad para discriminar los sonidos de letras y reconocer pautas de sonido, secuencias, palabras, ordenes e historias, narraciones, etc. Presentan una audición normal. Tienen dificultades en el deletreo y la composición. Esta es la forma de dislexia más difícil de corregir y radica en la inhabilidad de percibir los sonidos separados (discontinuos) del lenguaje oral. La enseñanza fonética tradicional carece de sentido para ellos. También presentan dificultades en repetir palabras que riman, interpretar marcas diacríticas, aplicar generalizaciones fonéticas y pronunciar palabras con exactitud, teniendo estos niños obstruidas las relaciones fundamentales de sonidos y símbolos del lenguaje su trastorno se hace difícil de corregir. No se trata de deficiencia auditiva, sino de obstrucción de la relación entre el sonido y los símbolos lingüísticos.
Dislexia visual: Dificultad para seguir y retener secuencias visuales y para el análisis e integración visual de los rompecabezas. No esta relacionado con problemas de visión, sólo con la inhabilidad de captar lo que se ve. La mayoría percibe letras invertidas y perciben también invertidas algunas partes de las palabras, son lentos y tienen problemas con la secuencia. Esta se caracteriza por la inhabilidad para captar el significado de los símbolos del lenguaje impreso. Este tipo de dislexia es el más fácil de corregir, por medio de ejercicios adecuados pueden aprender los signos gráficos con precisión y gradualmente aprender secuencias; pero la lentitud persistirá. El niño (a) dispone de una visión normal y es incapaz de interpretar lo que ve, falla la capacidad de conexión entre signo y su significado.

Dislexia del Desarrollo.

Definición: Cuando los médicos empezaron a estudiar las dificultades en la lectura, deletreo o escritura en niños que por lo demás eran saludables y normales, tuvieron que distinguir entre estos y aquellos victima de dislexia adquirida. Para ello lo describieron como casos de dislexia específica del desarrollo o dislexia congénita. Estos términos más bien ambiguos se emplean para indicar que las dificultades de estos niños son constitucionales, y no producto de alguna incapacidad primaria de la mente o los sentidos, o una falta de oportunidad educativa. La dislexia del desarrollo sugiere, no que se halla desarrollado la dislexia, sino que pudo haber un atraso en algún aspecto del desarrollo, alguna deficiencia en la maduración neural, que ocasionado las dificultades del niño. A diferencia de la dislexia adquirida, la dislexia del desarrollo, la mayoría de las veces, no muestra signos de daño cerebral.
Dislexia evolutiva: Se le considera evolutiva cuando aparecen dificultades y rápidamente estos síntomas desaparecen por sí solos durante el aprendizaje. Los síntomas: son inversiones en la escritura y/o en la lectura, adiciones, omisiones, escritura en espejo, vacilaciones, repeticiones, etc. Agrupa a aquellos niños y jóvenes que sin ninguna razón aparente presentan dificultades especiales en el aprendizaje de la lectura. Este niño sufre un retraso en su desarrollo lingüístico que fácilmente supera a diferencia que en la mayoría de los casos que requiere de tratamiento por parte de psicólogos, neurólogos y especialistas del lenguaje. Es un síndrome bien definido.
Dislexia profunda:

Los cambios de símbolos (letras y números), modifican la identidad visual y fonética.

b d /p q/ f t /6 9/ n w

Cambios del significado de símbolos por diversidad de orientación direccional de sus líneas.

Hn/ oc /ao /ec

Cambios de los símbolos por omisión de fragmentos lineares.

A V/ t r/ j o/ b a/ p a

Conocida también como Dislexia con alteraciones viso espaciales y motrices, presenta escritura en espejo, confusiones e inversiones al escribir, torpeza motriz y disgrafía.

No es conveniente olvidar que toda clasificación de la Dislexia en función de sus síntomas nunca podrá ser estricta, ya que habrá síntomas dominantes, pero las demás características y/ o alteraciones, suelen aparecer aunque en menor grado.

Dificultades que acompañan a la Dislexia.

En una gran generalidad la dislexia va unida a otros problemas, como la disgrafía, las dificultades en el trazado correcto de las letras, en el paralelismo de las líneas, en el tamaño de las letras, en la presión de la escritura; disgrafía motriz o caligráfica, donde el componente motriz se encuentra alterado y hace que la forma de las letras sea difícilmente reconocible, disgrafía disléxica, lo que implica un proyección de la dislexia en la escritura. La secuencia de la escritura está alterada, en sus aspectos estáticos (alteración de la simetría de las letras), en sus aspectos dinámicos (uniones y separaciones indebidas, alteración del orden de las sílabas dentro de la palabra y del propio orden de las palabras). En fases posteriores aparece la disortografía, dificultades para el uso correcto de las reglas de ortografía, desde las que se llaman de ortografía natural a las del nivel más complejo, la disonografía la cual implica presencia de trastornos gramaticales en la escritura (pobreza verbal, problemas de concordancia y de sintaxis).

En ocasiones también se une a dificultades de pronunciación, con mayor incidencia en la dificultad de pronunciación de palabras nuevas, largas o que contengan combinaciones de letras del tipo de las que le producen dificultades en la lectura (Dislalias).

Una característica relevante en estos niños (as) son los problemas de falta de atención o déficit de atención. Debido al esfuerzo intelectual que tienen que realizar para superar sus dificultades perceptivas especificas, suelen presentar un alto grado de fatiga, lo cual produce una atención inestable y poco continuada. Razón por la cual el aprendizaje de la escritura y la lectura, les parecen aburridos y poco motivadores. Además se pueden sumar en algunos casos desinterés por el estudio e inadaptación personal.

También podría verse acompañada por bradilexia, un ritmo lento en la lectura y en la escritura, o taquilexia, ritmo excesivamente rápido en leer o escribir y que naturalmente impide una adecuada comprensión. Así como de sincinesias, movimientos que se caracterizan por la contracción no voluntaria de un grupo muscular.

Características:

Retraso en el aprendizaje de la lecto-escritura. Lentitud, tendencia al deletreo, escasa comprensión lectora debido a la falta de ritmo y ausencia de puntuación.

Conforme avanzan los años, los problemas se agudizan; ya que el grado (nivel) académico le va a exigir más al estudiante.

Signos más evidentes:

De acuerdo con los criterios de la Asociación Británica de Dislexia y otros estudios recientes, los signos que pueden tener (algunos de ellos, no necesariamente todos) los niños y niñas con dislexia, serían los siguientes:

Neurológicas y psicomotoras:

1. Trastornos del pensamiento y de la estructuración espacial.
2. Nociones temporales confusas.
3. Predomino cerebral inadecuado, o mixto que se denota en una lateralidad deficiente.
4. Defectos del habla o del lenguaje y / o vocabulario deficiente.
5. Trastornos de la motricidad, torpeza motora.
6. Trastornos discriminatorios perceptivos.
7. Confusión figura - fondo.
8. Trastornos del ritmo y secuencias.
9. Trastornos en el conocimiento del esquema corporal.
10. Trastornos de la atención y de la memoria.

Pedagógicas:

1. En la escritura podemos ver desde una caligrafía inconsistente e irregular, o excesivas faltas de ortografía, hasta inversiones de letras (escritura en espejo: "sol" en vez de "los"), omisiones de letras o sílabas ("pueta" en vez de "puerta") o fragmentaciones indebidas (palabras que aparecen cortadas o unidas a otras palabras). Lentitud, grafismo poco evolucionado con relación a la edad y /o escritura en espejo.

2. En la lectura se constatan generalmente cuando leen en voz alta. Suele ocurrir que leen de forma entrecortada, inventan el final de algunas palabras y pronuncian mal otras. No comprender lo que leen provoca en los disléxicos distracción, falta de esfuerzo, hiperactividad, bajo rendimiento académico o baja autoestima. Lectura bradiléxica o taquiléxica, lectura arrítmica, lectura mnésica (realiza con aprendizaje memorístico), lectura imaginaria o inventada, lectura repetitiva, lectura mixta.

Lectura carencial o disléxica: es la más específicamente disléxica y reúne las formas anteriormente expresadas. Su sintomatología más importante es:

a. Inhabilidad en pronunciar palabras familiares.
b. No distingue palabras similares.
c. Pierde con facilidad el renglón.
d. Dificultad al tener que cambiar de renglón.
e. Dificultad de comprensión del texto leído.
f. Mala comprensión de vocales, confundiéndolas.
g. Mala pronunciación de vocales.
h. Incorrecta pronunciación de consonantes.
i. Rotación de letras.
j. Interpolación de fonemas inapropiados.
k. Separación de algunos fonemas del conjunto de las consonantes.
l. Sustitución de unas palabras por otras.
m. Repetición de palabras.
n. Agregación de palabras.
o. Omisión de palabras.
p. Denegación, lo que implica un frenado a mitad de la lectura.
q. Énfasis erróneo en palabras largas.


Según la edad los signos más significativos (características) serían:

Niños y niñas de edad preescolar:

Historia familiar de problemas disléxicos (padres, hermanos u otros familiares).
Retraso en aprender a hablar con claridad.
Confusiones en la pronunciación de palabras que se asemejen por su fonética.
Falta de habilidad para recordar el nombre de series de cosas, por ejemplo los colores.
Confusión en el vocabulario que tiene que ver con la orientación espacial.
Alternancia de días "buenos" y "malos" en el trabajo escolar, sin razón aparente.
Aptitud para la construcción y los objetos y juguetes "técnicos" (mayor habilidad manual que lingüística, que aparecerá típicamente en las pruebas de inteligencia), juegos de bloques, legos, rompecabezas, entre otros.
Dificultad para aprender las rimas típicas del preescolar.
Dificultades con las palabras rimadas.
Dificultades con las secuencias.
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Niños y niñas entre los 6 y 9 años:


Particular dificultad para aprender a leer y escribir.
Persistente tendencia a escribir los números en espejo u orientación inadecuada.
Dificultad para distinguir la izquierda de la derecha.
Dificultad de aprender el alfabeto y las tablas de multiplicar y en general para retener secuencias, como por ejemplo los días de la semana, los dedos de la mano o los meses del año.
Falta de atención y de concentración.
Frustración, posible inicio de problemas de conducta.

Niños y niñas entre los 9 y los 12 años:


Continuos errores en lectura, lagunas en comprensión lectora.
Forma extraña de escribir, por ejemplo, con omisiones de letras o alteraciones del orden de las mismas.
Desorganización en la casa y en la escuela.
Dificultad para copiar cuidadosamente en la pizarra y en el cuaderno.
Dificultad para seguir instrucciones orales.
Aumento de la falta de auto confianza y aumento de la frustración.
Problemas de comprensión del lenguaje oral e impreso.
Problemas conductuales: impulsividad, corto margen de atención (desatención) e inmadurez.


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Niños y niñas de 12 años en adelante:


Tendencia a la escritura descuidada, desordenada, en ocasiones incomprensible.
Inconsistencias gramaticales y errores ortográficos, a veces permanencia de las omisiones, alteraciones y adiciones de la etapa anterior.
Dificultad para planificar y para redactar relatos y composiciones escritas en general.
Tendencia a confundir las instrucciones verbales y los números de teléfono.
Gran dificultad para el aprendizaje de lenguas extranjeras.
Baja auto-estima.
Dificultad en la percepción de lenguaje, por ejemplo en seguir instrucciones.
Baja comprensión lectora.
Aparición de conductas disruptivas o de inhibición progresiva. A veces hasta el punto de depresión.
Aversión a la lectura y a la escritura.

Muchos famosos considerados genios han sido disléxicos. Entre ellos encontramos científicos como Albert Einstein o Thomas Edison, artistas como Leonardo Da Vinci o Walt Disney. Y, como se cree a menudo, no fueron genios superando su incapacidad sino gracias a ella. Así podemos empezar a considerar la dislexia como un don o un talento innato que se manifiesta en mayor o menor grado en las personas. Normalmente no se considera la dislexia como un don sino más bien como un problema (dificultad de aprendizaje), pero de nuestro cambio de paradigma (mentalidad) dependerán nuestros hijos, estudiantes, pacientes. Algunas de las razones que permiten ver la dislexia como algo positivo son:

El pensamiento en imágenes de un disléxico, como dice Ron Davis en su libro El don de la dislexia, es de 400 a 2000 veces más rápido que el pensamiento verbal y además es mucho más completo, profundo y amplio debido a que una imagen se ajusta mejor a lo que una palabra quiere expresar o significar.

Una persona con pensamiento visual será capaz de dominar muchas habilidades, más rápidamente de lo que pudiera comprender o entender otra persona con pensamiento verbal, cuando el aprendizaje es presentado de forma experimental. Por eso muchos adultos disléxicos en su vida profesional se dedican a trabajos que requieren capacidad espacial, como arquitectura, diseño, escultura... pues son capaces de visualizar lo que han de hacer incluso antes de empezar a hacerlo.

Pueden ser mucho más intuitivos que otras personas, debido a que la rapidez de sus imágenes mentales hace que no sean conscientes de todo el proceso mental que elaboran, pero en cambio, saben la respuesta o resultado del proceso. Por ejemplo, las personas "visuales" pueden saber las respuestas de los problemas matemáticos sin utilizar lápiz ni papel: resuelven los problemas sin preocuparse de los pasos convencionales a seguir. En realidad se trata de una forma sumamente desarrollada de razonamiento. La teoría de la relatividad de Einstein le llegó como una intuición: para él era un concepto simple, para una persona normal es casi incomprensible.

Son más curiosos que la mayoría de las personas debido a que su pensamiento usa todos los sentidos para conocer su entorno y va mucho más rápido que el pensamiento de otras personas.

Todas estas habilidades, si no son inhibidas externamente, pueden dar como resultado una inteligencia más alta de lo normal y una extraordinaria capacidad creativa. Tener dislexia no convierte automáticamente a alguien en un genio, pero es bueno para su autoestima saber que su mente funciona de la misma manera que la de algunos genios.

 

Características generales más relevantes:

Tarda mucho en hacer los deberes.
En una hora de trabajo rinde 10 minutos.
Tiene una pobre comprensión lectora.
Prefiere leer en voz alta para entender.
Inventa palabras al leer.
Su velocidad lectora es inadecuada para su edad.
Tiene mala ortografía o caligrafía.
Parece vago y hasta inmaduro, aunque es inteligente.
Más habilidad para exámenes orales que escritos.
Es imaginativo e incluso creativo.
Le cuesta prestar atención: parece hiperactivo o soñador.
No controla el transcurso del tiempo.
Baja autoestima.
Tiene poca coordinación motriz y falta de equilibrio.
No le gusta la escuela, leer, escribir...
Le cuesta recordar las tablas de multiplicar, aunque parezca que las conoce.
Aprende mejor haciendo cosas con las manos, a través de experiencias y con ayudas visuales.

¿Cómo ayudar a nuestros hijos e hijas?

El cambio de mentalidad por parte de profesionales, padres y docentes, es un primer paso para entender a nuestros hijos (as) con dislexia pero, mientras tanto, ellos necesitan ayuda urgente. En este caso la ayuda consiste en enseñar ciertas herramientas de autocontrol y una metodología complementaria de aprendizaje, orientada a generar las imágenes que antes no podía. Se trata de encauzar y potenciar su imaginación de forma positiva, incorporando estas herramientas específicas que poco a poco se convierten en hábitos. Con ellas puede traducir cualquier información verbal a su modo de procesar la información en imágenes. Con ellas puede controlar su imaginación para que no distorsione su percepción. En una palabra, con ellas estará en condiciones de aprender dentro del sistema pedagógico verbal (convencional).

La principal dificultad para detectar la dislexia es que sus síntomas aparecen en distinto grado en la mayoría de los niños. La alarma debe saltar cuando se presentan al mismo tiempo siete de sus manifestaciones. Existen algunas características que pueden o deben ser más preocupantes que otras, y son las referidas a la comprensión lectora, falta de atención y concentración, inversiones u omisiones en la escritura... En todo caso, esto depende en mayor o menor grado de la edad cronológica y madurativa del niño (a). En este aspecto son los propios especialistas los que deben determinar cuál es el nivel del niño (a), teniendo como referencia el nivel medio de aprendizajes de los educandos según su grupo de edad. En ese caso, es aconsejable realizar una evaluación personal e individualizada.

Intervención terapéutica.

Se hablaba mucho (tiempo atrás) de reforzar el área de lateralidad, orientación espacial, grafomotricidad, orientación temporal y seriaciones. Empero, los últimos descubrimientos en el campo, consideran necesario además el "sobreaprendizaje". Volver a aprender la lectoescritura, pero adecuando el ritmo a las posibilidades del niño (a), trabajando con técnicas lecto-escritoras en forma agradables y útiles para el niño, propiciando el éxito, en lugar del fracaso que está acostumbrado a cosechar.

El niño (a) disléxico debe estar en un aula regular y recibir el tratamiento y apoyo profesional durante horas extracurriculares, recibiendo así las lecciones ordinarias con los otros estudiantes.

Conclusiones:

Es recomendable la preparación del personal docente de todos los centros educativos, sobre las diversas necesidades educativas especiales, incluyendo la dislexia. Máximo si en el centro educativo existe algún caso específico. Además es fundamental, una correcta aplicación de las "adecuaciones curriculares", en los casos pertinentes.

Todo profesional de la educación, sin importar el nivel desde inicial hasta adulta, debería saber algo sobre dislexia y tener en cuenta estas recomendaciones en la medida de lo posible. Es de suma importancia la preparación de los docentes de manera que puedan reconocer las características y remitir al estudiante a un especialista en lenguaje escrito (Terapeuta de Lenguaje/ Logopeda), para ser evaluado, diagnosticado y recibir la ayuda específica lo más pronto posible. Puesto que el estudiante requerirá de todo el apoyo necesario por parte de sus docentes ordinarios.

La dislexia es fácil de reconocer o por lo menos de sospechar si las personas que rodean al niño conocen las características. En nuestro país este tipo de características son obviadas por completo (en muchos casos).

Sin embargo, últimamente estamos pasando de un extremo a otro, se obvian por completo las características, o cualquier niño (a) que presente alguna dificultad lecto- escritora se diagnóstica con dislexia (diagnóstico inadecuado) y peor aún, recibe una intervención que no contribuye para nada en su mejoría (atenuando los síntomas).

La identificación temprana de la situación y el tratamiento eficaz y continuo ayudan al estudiante a superar esta barrera y a llevar una vida normal. El concepto no es comenzar a etiquetar niños como disléxicos. Lo que se requiere son métodos discriminatorios para satisfacer las necesidades de educación especial de estos estudiantes.

Debido a la importancia de la detección precoz, antes de que se generen problemas de personalidad. En lugar de ignorar las dificultades o atribuirlas a descuido, desatención, falta de interés o de madurez; se recomienda la remisión inmediata a un especialista en lenguaje (Terapeuta de Lenguaje), con el fin de descartar problemas y /o características de dislexia. Para que pueda ser evaluado y diagnosticado correctamente.

El especialista en evaluar y diagnosticar en forma adecuada los problemas del lenguaje oral y / o escrito, es el Terapeuta del Lenguaje (Logopeda), ya que la logopedia es la disciplina científica del área de la salud que se encarga de estudiar la comunicación humana y sus desórdenes a nivel del lenguaje, habla - voz y audición, abordando desde la prevención, evaluación, diagnóstico e intervención del proceso comunicativo tanto en niños, jóvenes, adultos y adultos mayor. El especialista en lenguaje (logopeda) está en capacidad de trabajar en:

Prevención, recuperación y rehabilitación de los trastornos de la comunicación humana conectadas a las áreas de voz, habla, lenguaje (oral y escrito), dificultades en el aprendizaje sistemático relacionado con las alteraciones del lenguaje y la audición.
Detección y diagnóstico logopédico.
Reeducación de Patologías vocales, previo diagnóstico y control médico periódico.
Asesoramiento a docentes sobre trastornos de voz, habla, audición y lenguaje.
Rehabilitación de problemas articulatorios en cuadros específicos y relacionados a trastornos neurológicos.
Prevención en deficiencias anátomo-funcionales que generan discapacidades en la comunicación.
Cooperar con otras disciplinas en dificultades respiratorias por vicios o malos hábitos tales como la respiración bucal, deglución atípica, corregir posición bucal y automatización de praxias linguales y labiales.

El profesional en lenguaje (logopeda), constituye un agente de salud, cuya formación se delimita en un marco eminentemente humanístico puesto al servicio de la comunidad mediante una sólida formación intelectual y académica que le permite recuperar, con verdadero espíritu solidario y solvencia profesional, a aquellos que así lo demanden. La Asociación Internacional de Logopedia y Foniatría (IALP) define a sus profesionales subrayando que "su implicación central es la prevención, evaluación, intervención, manejo y estudio científico de los trastornos de la comunicación humana". Asimismo, la Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología (AELFA), define "que la Logopedia (Terapia de Lenguaje) es aquella ciencia paramédica que estudia la prevención, la investigación y el tratamiento de los trastornos de la voz, el habla y el lenguaje oral y escrito". De todo lo anterior se extrae el valor sustancial que tiene la observación continúa a los estudiantes, para detectar en forma temprana, cualquier tipo de alteración o conducta atípica que pueda estar generando dificultades en sus procesos de enseñanza y aprendizaje.

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