Información para padres y maestros / Problemas de aprendizaje / por Lic. Adriana Angilella de Hernández Neurolingüísta / Especialista en Lenguaje y Cognición Universidad Colegio superior de Neurolingüísta / México

1. ¿QUÉ ES O QUÉ PASA CON LOS NIÑOS? :
En muchísimas ocasiones escuchamos que se describe a los niños como: "muy inquieto", "se distrae fácilmente", "no pone atención", "no estudia lo suficiente", "no se concentra"; o incluso expresiones más fuertes como: "es muy burro", "es flojo" o bien "la maestra no le hace caso", "la maestra no sabe enseñar", "es demasiado estricta", "le tiene mala voluntad" y así por el estilo.

Los padres de los niños que tienen problemas escolares se sienten extremadamente preocupados y desilusionados. Los médicos, terapeutas y maestros saben que hay muchas causas para los fracasos académicos y que una de las más comunes son los trastornos del aprendizaje. Un niño con un problema en el aprendizaje es por lo general muy inteligente, que trata de seguir las instrucciones, de concentrarse y de tener buen comportamiento en la casa y la escuela. Sin embargo, no domina las tareas escolares y comienza a rezagarse.

Algunos de estos niños tienen dificultad en permanecer quietos o prestar atención. La incapacidad para concentrarse o un problema de hiperquinesia (están en movimiento continuo, mueven pies, brazos, cabeza constantemente, se levantan continuamente de su lugar, etc.), o algún tipo de dislexia: dislalia, disgrafia, discalculia... le impiden realizar correctamente ciertas funciones del lenguaje verbal, escrito o matemático y les están provocando un bajo rendimiento escolar.

Recientemente se ha encontrado que la dislexia no es más que un leve "corto circuito" dentro del cerebro. En los Estados Unidos, se realizaron investigaciones y llegaron a la conclusión de que "la porción del cerebro necesaria para la lectura, no funciona apropiadamente en los niños con dislexia". Básicamente, los disléxicos tienen problemas para relacionar las palabras escritas y los sonidos.

Se considera que los problemas de aprendizaje son causados por una dificultad del sistema nervioso que afecta la captación, elaboración o comunicación de información. Algunos de estos niños son hiperactivos y distraídos con un lapso de atención corto.

Estos niños pueden ser ayudados, pero que si su condición no se detecta y se trata a tiempo, el problema puede aumentar y complicarse rápidamente. Un niño que en la escuela primaria y no aprende a sumar, al llegar a la escuela superior, no podrá entender álgebra. El niño que trata de aprender con gran esfuerzo se frustrará progresivamente y desarrollará problemas emocionales como una pobre autoestima, resultado de los fracasos repetidos.

Algunos niños con problemas de aprendizaje pueden presentar también problemas de conducta, ya que prefieren lucir "malos" en vez de "estúpidos o brutos". Los padres deben de conocer las señales que con mayor frecuencia indican problemas de aprendizaje en su niño.


2. PASOS A SEGUIR Y UN BUEN TRATAMIENTO:

Lo primero es DETECTAR EL PROBLEMA. Si el niño no rinde en la escuela, si tiene bajas calificaciones o no aprende al ritmo normal del grupo, es importante observar su conducta y eso lo detecta generalmente el maestro que es quien lo observa durante las horas de clase. También los padres DEBEN OBSERVAR al niño en su comportamiento general cuando hace la tarea, en sus relaciones con los hermanos o con otros niños, etc. No debemos pensar que son cosas que se quitan con el tiempo o que "yo también a su edad..." o "es igualito a su papá...". Es importante tener una impresión diagnóstica y tomar las medidas necesarias.

Las razones del bajo rendimiento escolar, son muy numerosas y van desde problemas de visión, que se corrigen con una visita al oftalmólogo y un par de anteojos, pasando por problemas auditivos hasta problemas de índole neurológica o psicológica de mayor o menor intensidad.

Si el niño no ve bien, no es fácil que él se dé cuenta del problema porque puede creer que todo mundo ve igual que él. ¿Cómo hacer entonces? Pues observando si se acerca mucho al papel al escribir o si no distingue con claridad los letreros en la calle. Llevarlo al médico para una revisión puede eliminar el problema. Si es del oído, observar si le sube mucho el volumen a la T.V. o al radio, si parece no escuchar bien lo que le decimos o si no entiende claramente lo que se le indica. Una audiometría puede decirnos lo que pasa.

Por otro lado, si vemos que el niño no logra leer correctamente, que invierte las letras o las sílabas, que escribe la /d/ como /b/ la /p/ como /q/ o la /m/ como /n/; confunde 25 con 52, "la" por "al" u, "on" por "no". Tiene dificultad en distinguir entre la derecha y la izquierda. Si tiene problemas en la pronunciación de ciertos fonemas como la /r/, /s/, /l/; si no hace las pausas de la lectura en el lugar correcto; si empieza a leer bien pero a medida que sigue leyendo, se empieza a equivocar cada vez más, el problema puede tener los más diversos orígenes, algunos tan sencillos como el no saber respirar correctamente: al respirar mal, el niño va entrando en ansiedad y el temor que siente a equivocarse, lo hace cometer más errores lo cual aumenta la ansiedad. La inseguridad o una baja autoestima también causan ansiedad y uno de los síntomas de esa ansiedad en una mala respiración.


Todos estos problemas han existido siempre pero antes no se conocían bien y simplemente a los niños, se les regañaba y se les etiquetaba como "burros". Actualmente existen estas especialidades como la Neurolingüística que nos ayuda a detectar estos problemas, a diagnosticarlos y a proporcionar la terapia adecuada para su solución.

Básicamente debe prestarse atención a los siguientes puntos clave:

Dificultad en atender o seguir instrucciones.
Incapacidad para recordar lo que se le acaba de decir.
Fracasos académicos como consecuencia del poco dominio de destrezas de la lectura, escritura y aritmética.
Dificultad en distinguir cuestiones de lateralidad y algunas letras.
Defectos en coordinación: cuando camina, en los deportes, en actividades manuales sencillas como sostener un lápiz, amarrarse los zapatos o hacer un lazo.
Pierde o se extravían sus tareas, libros, cuadernos y otros materiales.


3. VALORACIONES: apoyos de otros especialistas

El diagnóstico de éstos problemas de aprendizaje se lleva a cabo mediante una VALORACIÓN que consiste en una serie de pruebas para determinar tanto la capacidad intelectual como el grado de madurez neurológica. Hay pruebas para conocer la coordinación viso-motora, la coordinación fina y gruesa, la percepción visual y auditiva, las relaciones espaciales, la constancia perceptual etc. La realización de estas pruebas se lleva a cabo en varias sesiones, lo que depende también de la velocidad con que el niño las realice, pues en general, los niños pequeños o los hiperactivos no se logran concentrar más que nos pocos minutos. Ya con todos los resultados, se elabora una impresión diagnóstica y se sugiere la o las terapias que serán necesarias.

Si los problemas tienen un origen neurológico por daño cerebral se menciona esto para que el niño sea atendido por un NEURÓLOGO que determine la dimensión del daño y de su diagnóstico. Él indicará qué áreas son susceptibles de mejorar y hasta qué punto y entonces, ya en conjunto se podrá proporcionar la terapia más adecuada. En ciertas ocasiones, recetará medicamentos cuando es necesario controlar la impulsividad o hiperactividad.

Es también importante mencionar que muchos de estos problemas de aprendizaje tienen un origen psicológico: niños que viven bajo tensiones psicológicas fuerte como los hijos de padres divorciados, o niños maltratados, agredidos física o verbalmente o con cualquier tipo de problemas emocionales que están afectando su rendimiento escolar. En estos casos es necesario recurrir al psicólogo, porque nosotros, como terapeutas de lenguaje no podemos proporcionar toda la ayuda que estos niños necesitan pero si junto con el Psicólogo que atiende los problemas emocionales, la contribución de nosotros es importante en el área del rendimiento y ambas cosas se complementan pues la ayuda de PSICÓLOGOS o PSIQUIATRAS con medicamentos específicos y también neurológica, mejora la situación emocional y la terapia de aprendizaje mejora el rendimiento, lo que contribuye también a una sensación general de mejoría y a la estabilidad emocional del niño.


4. IMPORTANTE DETECCIÓN A TIEMPO: el papel de los maestros

Lo más importante en esto es la detección temprana del problema. Mientras más pequeño sea el niño, mejores son las posibilidades de recuperación. Si se deja pasar el tiempo pensando que va a mejora cuando sea mayor, cometemos un grave error porque estos problemas se acentúan en años posteriores. NO MEJORAN CON LA EDAD, al contrario. En cambio, tratados a tiempo, los resultados son excelentes y se obtienen más rápidamente.

Los problemas de aprendizaje se van a reflejar en la conducta general del niño: se puede volver retraído, introvertido, tímido, inseguro, agresivo. El bajo rendimiento escolar lo hará sentir incapaz, tonto, en desventaja ante los compañeros que parecen aprender más fácilmente o que parecen, no son, más inteligentes. El niño causará problemas en el grupo y pondrá a prueba la paciencia del maestro que tiene que atender a 20 o 30 o más niños y no puede proporcionarle atención especial. El niño reprobará una o más materias o tal vez incluso el año porque no lee o escribe bien o no se concentra lo suficiente y eso afectará su personalidad en forma determinante.

Por el contrario, la atención de estos problemas y la terapia adecuada se reflejarán en una mejor conducta personal y de grupo. El niño adquirirá seguridad, se reforzará su autoestima, mejorarán las relaciones con sus compañeros y esto redundará en un progreso general. Los resultados de una buena terapia son realmente notables.

Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que la terapia no es magia. La mejoría no se da de la noche a la mañana y la COLABORACIÓN de padres, médicos y maestros junto con el terapeuta es indispensable. No se trata de llevar al niño 2 o 3 veces a la terapia y pensar que ahí se resuelve todo. Al aceptar que el niño asista a la terapia, es necesario confiar que el terapeuta hará lo más conveniente para el niño pero también hay que colaborar con las indicaciones que éste les dé para trabajar en la casa o en la escuela reforzando así lo que se hace en la terapia.


5. DE QUÉ SE TRATA UNA TERAPIA:

La terapia consiste básicamente en JUEGOS porque el juego es la forma en que el niño aprende más fácilmente. A veces los padres desconfían de estas terapias y de los resultados pero con juegos programados, ejercicios específicos, estableciendo premios y recompensas (estrellitas, puntos,...) es como se van reforzando las conductas positivas. A veces los padres consideran que la terapia es muy larga, les cansa tener que llevar a los niños 2 o más veces por semana a la terapia, ésta interfiere con sus actividades personales, en fin, hay todo tipo de objeciones pero a esto hay que responder que el resultado final va a reflejarse en toda la vida del niño, en su juventud en su edad adulta.
Las terapias le facilitarán las cosas cuando llegue a la secundaria y a los estudios superiores; le ayudarán y mejorarán también su vida emocional y sus relaciones interpersonales.

UN NIÑO SEGURO DE SÍ MISMO, CON BUENA AUTOESTIMA ES SIEMPRE UN TRIUNFADOR Y ES TAREA DE LOS PADRES HACER QUE LOS HIJOS SEAN TRIUNFADORES EN SU VIDA, EN SU PROFESIÓN EN SU ACTITUD ANTE EL MUNDO.

Nuestro trabajo como Terapeutas de Aprendizaje y Lenguaje Infantil es contribuir con nuestros conocimientos a este resultado final de los chicos. Ayudar a los padres y maestros a obtener lo mejor de sus hijos y alumnos; a maximizar el rendimiento de cada niño y ayudarlos a descubrir y a ejercitar su potencial en la forma más positiva.

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